Cuando era niña, mis papás nos llevaban con bastante frecuencia al mar. Desde la casa me ponía mi traje de baño para estar lista al llegar al hotel y correr hacia la alberca, y como era tal mi ilusión de llegar a echarme un chapuzón, me la pasaba las horas del mundo preguntando en el coche: "¿ya mero llegamos?" y ante las respuestas de no, me daba por ponerme a contar las casas que había a nuestro paso planeando que en una de ellas podría vivir "Caperucita Roja", en otra "El Lobo" y en la más lejana "La Abuelita"... jajaja.
Además de la alberca, mi papá me prometía llevarme a caminar por las mañanas a orillas del mar. Me gustaba sentir la arena en mis pies y el agua, que iba y venía una y otra vez para refrescarme. Por la mañana, me despertaba tempranito para que mi papá me llevará a ese paseo, sin importar que él estaba de vacaciones y quería descansar un poco más... a fin de cuentas, él lo había prometido y de esa forma, no había marcha atrás.
Siendo más grande el mar dejó de encantarme... sigo disfrutando de la alberca y el mar, como cuando era niña, pero el calor me parece insoportable. Ahora si voy a la playa, deseo pasar la mayor parte del tiempo en la habitación, protegida por el aire acondicionado.
Sin embargo, a pesar de eso, recuerdo con gusto aquellos viajes y tengo un sabor de boca súper agradable... por esa razón quise que Alexiel conociera el mar; durante días lo imaginé jugando en la arena y disfrutando del ir y venir del agua. Eso fue lo que me motivó a buscar hotel y desear mis vacaciones para llevar al hijo a ese paseo playero.
Fue hasta que sentí el maldito calor húmedo del mar y las gotas de sudor deslizarse por mi cara, cuando caí en la cuenta de lo desagradable que me resultan esos rumbos hoy en día; pero al ver a Alexiel disfrutar tanto del mar, sin asustarse siquiera un poquitínm, me hizo ver que valía la pena pasarlo un poco mal por el insufrible calor, siempre y cuando el hijolín disfrutase el paseo.
A continuación, algunos de esos fragmentos que pudimos capturar para guardar toda una etnernidad...
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