jueves, mayo 01, 2008

EL LUCHADOR

Desde hace varios días había visto en la puesta de entrada de la guardería que habría una fiesta para los niños el 30 de abril y que debían ir disfrazados, pues habría concurso y toda la cosa.

A partir de ese momento comencé a quebrarme la cabeza pensando de qué podría disfrazar a Alexiel. Obviamente en un momento pensé que para qué cuernos, pues a fin de cuentas él ni cuenta se daría de si traía o no disfraz, pero luego pensé que las muchachas de la guardería sí se darían cuenta y pensarían que qué mal pedo que no lo llevé disfrazado.

Le conté a Luis y él sugirió que le pusiera un trajesillo de zebra que le dio "su cuñis, su cuñis", pues la verdad no he tenido oportunidad de ponérselo. Yo le dije que ni al caso, pues se trata de una sudadera y un pantalón bastante calientes con los que mi pobre hijolín se iba a cocer. Así que en definitiva estuvo cancelada esa opción.

En mis diarias visitas al centro tuve oportunidad de echar un rol por diversas tiendas de disfraces y no encontré nada apto para él, había puras cochinaditas para niñas (flores, abejas, mariposas y demás ñoñadas) y algunas más para niños (súper héroes súper chafas y animalitos feos). El caso es que no salió nada, pero se me fue ocurriendo la idea de inventarme un disfraz o dos. Uno de ellos fue un "cúpido", para eso bastaba con el pañal, un arco que podía comprar en alguna de las tiendas de Juan Manuel y unas alas (ya había visto unas). La otra opción era de luchador, pero uno no existente en el mundo de las luchas, y ésa fue la mejor opción, pues Alexiel tenía unas pantalones blancos y una camiseta sin mangas, sólo me faltaba un calzón y mis compañeros del trabajo me recomendaron una capa, la cual hice con un retazo de tela y ya.

Así vestí a Alexiel el miércoles, y la verdad se veía muy bien. Encontré unos calzones que combinaban perfecto con sus calcetines y sus tenis, y la capa, aunque era de distinto tono, le lucía bastante bien.

No ganó nada y seguro ni cuenta se dio de que iba "disfrazado", aunque sí noto que traía una cosa algo incómoda al cuello.

¡Uy, quedó tan lindo mi hijolín!

...y para muestra -como siempre- un par de fotos a continuación.





En casa...












...en la guardería.


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