sábado, mayo 24, 2008

¿QUÉ QUIERE LA NIÑA FRESA?

El 9 de mayo fue el cumpleaños de Montse (un día después del cumple de "maicora"). Jairo -alias el "Pitairo"-, su novio, le organizó una fiesta sorpresa -aunque en realidad fue una reunión y ni tan sorpresa, pues alguien del periódico tuvo la ocurrencia de advertirle lo que sucedería por la noche-, así que al salir de la chamba nos fuimos felices y contentos a su casa.
Creo que era algo que teníamos ganas de hacer, o al menos yo, pues había muchas expectativas con respecto a la casa de Montse.
Karelia iba a pasar por Ale y Lalo se fue conmigo; quedamos de vernos en la gasolinera que está por la carretera a la base aérea y cuando llegamos tuvimos que esperar mil siglos a que llegaran las muchachas (alias "las gorditas"). No sé si fue el ir y venir de tantos coches y camiones y gente fea, lo que me hizo sentirme del nabo, el estómago se me revolvió, me empezó a doler la cabeza y comencé a pensar en lo lindo (y desagradable al mismo tiemo) que sería vomita un poquitín.
Finalmente, después de un laaaaargo rato, llegaron al lugar Karelia y Ale y nos fuimos a la casa de Montse en Valle Real.
Después de haber vomitado el pastel del cumpleaños de la susodicha en un terreno frente a la casa de you know who, entramos al cantón- que la verdad yo me imaginaba más acá- y nos topamos con los amigos de la gordis. La verdad es que fue un poco incómodo, yo no dudo que los compas de Montse sean buena onda, pero es en esos momentos cuando uno piensa que hay clases o niveles o como se quiera llamar a eso. El hecho es que fue súper evidente como se formaron dos bloques de gente y no es que ellos nos hayan abierto, sino que nosotros tampoco quisimos entablar relación alguna con ellos... porque, ¿de qué cuernos podríamos hablar?
Entre el malestar estomacal y el malestar social, decidí irme poco después de que llegó Montse y las personas gritaron "¡sorpresa!! (como si lo fuera); Lalo se fue conmigo, pero antes hicimos como que brincamos en una cama elásticas que estaba en el terreno en que tuve a bien vomitar y luego nos fuimos despacito "milando" con detenimiento las casas de esa colonia tan acá.
Después, cuando iba yo solita en el coche, me puse a pensar que es impresionante cómo hace Montse para encajar con ésa gente (sus amigos fresas) y ésta otra gente (nosotros, que también tenemos algo de fresas, nomás que sin dinero). Al final, todo depende del cristal con que se mire, pues la freses para mi es una actitud y en todo caso podría decir que, con base en esa definición, Montse no lo es, aunque a veces echa abajo mi tesis cuando cuenta que estuvo un poco triste y que por ello decidió tragarse 200 pesos de chocolates Arnoldi (¡o sea!).
Montse me cae bien, aunque hay algunas cosillas que no me encantan de ella (a lo mejor es porque me siento un poco reflejada).
La verdad es que Montse tiene buenos sentimientos, es buena persona, pero a veces se tira al drama de una manera impresionante. Creo que magnifica las cosas y a veces, me parece que libra arduas batallas contra su explosividad, lo cual es bueno, pues supongo que eso le ayudará a mantener a más gente a su lado (eso lo aprendí yo también después de muchos años).
Creo que justo ahora se encuentra ante una de esas pruebas de resistencia y en verdad espero que todo le salga bien.
A veces, cuando me cuenta cosas no sé qué decirle, pero la escucho y espero que con eso baste.
Montse es una chava que se sabe dar, se preocupa por quienes están a su alrededor, aunque a veces no quiera saber de ellos.
Ahora que por otro lado, también creo que dada su explosividad es una vieja bien cabrona y no porque sea ojete y ande por la vida haciendo cosas en contra de las otras personas, a lo que voy es a que me parece que puede ser súper hiriente. A veces una se asusta de tener amigos así, pero la verdad me parece mejor encontrar en alguien como Montse (y en cualquier amigo) estas dos fuertes energías, como si se tratase de un volcán, pasivo en momentos, pero que sabes que en cualquier lapso puede hacer explosión y arrasar hasta con tu vida.
Sin embargo, debo confesar que no tengo mucho qué decir de Montse... la neta es que la conozco poco, así que de repente me siento perdida y no sé qué decir, por eso decidí tomarme tanto tiempo para escribir, para pensar bien en qué es lo que diría. Ayer decidí que ya era el momento, pero ahora que estoy aquí no sé qué decir, salvo que sé que es una chava que se preocupa por los demás, que tiene un corazón enorme -que se rompe con facilidad- y que a veces añora lo que ya ha pasado.
En fin, el hecho es que ésta fresa, como las otras dos (Karelia y Ale) y el oprobio, me cae re-bien, así que who cares.
Obviamente la de la foto es Montse, de súper pose, aunque se esforzó para parecer natural. Como dije, el 9 de mayo fue su cumpleaños y ya alcanzó sus felices 28 (¡Qué capacidad tengo de tener amigos más chicos que yo!).

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