domingo, julio 19, 2009
UN BREVE RECUENTO
domingo, mayo 03, 2009
EL CLAN DE LOS ESCÉPTICOS
¿Que por qué soy del clan de los escépticos?
Pues porque no encuentro razones para no serlo. No entiendo qué pasa con esta epidemia, hay muchas cosas que, a mi parecer, no encajan... ya ya estoy hasta la madre de esta basura.
lunes, abril 27, 2009
ALERTA ROJA
martes, abril 07, 2009
YO VISTO DE NEGRO
O sea, eso en nada ayudará a mejorar las relaciones interpersonales y no deja de ser una gran mentira.
Justo eso me dijo el otro día una de ésas personas que dicen cosas nomás por decir y en el momento menos apropiado. Yo me pesé el día anterior y me dí cuenta de la ya evidente realidad, estoy algo, un poquitín (harto), pasadilla de mi peso (jajaja, no se oye tan mal, no?), y luego me vienen con que "el otro día que te vi (o te tijeree), me dí cuenta de que estás adelgazando". Claro, eso viene genial cuando una se siente del nabo...pero si no viene a caso, mejor ni decirlo.
En fin, que con ésa gente no se puede y punto!
De cualquier forma yo sigo vistiendo de negro pa'que la realidad no se note tal cual es... muy triste.
lunes, abril 06, 2009
"20 LITROS DE LA VERDE, DOS DE ACEITE DE TRANSMISIÓN..." o "LA FELIZ Y AMENA CHARLA DE 'ME DIJO-LE DIJE'"
Me pidió la llave, abrió el tanque, puso la manguera en el "hoyito" y se fue por el aceite de transmisión. Abrí el cofre y dejó las botellas ahí y se fue por lo faltante. Regresó con líquido para... mmm, no sé, para otra cosa que no era lo que le pedí.
"No -le dije-, era de frenos".
"Perdón, pensé que me habías dicho...", y se fue por el correcto.
"Pues en qué estás pensando, mi chava", le dije, pero así nomás, sin ninguna intención.
"Es que fíjate que mi hijo de 18 años -me dijo- se peleó con mi cuñado... él cumplió 38 años en septiembre del año pasado".
Me quedé en shock. Chale, la doña quería platicar y pues ni modo, se me da eso de que me platiquen cosas.
"Le ganó mi hijo. Lo que pasa es que yo estoy separada de mi esposo desde hace 12 años y desde hace cinco somos pareja, y mi cuñado nunca se cuida de donde habla, y el otro día estaba en la tienda de por la casa y estaba hablando, casi gritando, cosas de mi y la novia de mi hijo lo escuchó. Entonces le dijo a mi hijo: 'tu tío está diciendo esto y esto de tu mamá'. Mi hijo se enojó mucho y me dijo, y yo le dije a mi cuñada que le dijera a su hermano que no estuviera diciendo cosas o que al menos se cuidara de dónde las dice".
"Claro", dije.
"Entonces mi cuñado, que estaba ahí, empezó a decirme de cosas y llegó mi hijo y le dijo que no estuviera diciendo cosas de mi y que me pidiera una disculpa, pero mi cuñado es bien hocicón, entonces retó a mi hijo y mi hijo le dijo 'órale'. Se quitó el reloj (el cuñado) y se los dio a un achichincle que anda siempre con él, y le dijo a mi hijo 'orita nomás te voy a dar dos putazos'; entonces lo retó y mi hijo le entró".
Me contó que el cuñado lo jalaba para que se partieran la madre en la calle, a plena avenida, como queriendo mostrar a todos que le iba a dar en toda la torre, pero su hijo lo jalaba hacia la banqueta. El caso es que ahí, en la calle, se empezaron a agarrar a moquetazos...
"Y en una de ésas, el achichincle le brincó a mi hijo a la espalda y lo agarró para que su tío (el del chavo) le pegara por adelante. Pero ahí estaba mi otro hijo, que es más grande, y lo agarró (al achichincle) y le dijo 'déjalos hijo de la chingada', y entonces su esposa (la del cuñado) también se quiso meter y yo la agarré: 'espérate cabrona' (le dijo)".
Al final, el hijo le dio en toda la "moder" al tío, "y ya mi suegra ni me habla".
Y entonces vino el examen: "Pero a ver, ¿quién tendría que defenderme?", me preguntó. "Pues... (moví la cabeza)...". "Claro, ¡mi pareja!", exclamó.
Como ya estaba tan compenetrada con la conversación, le pregunté si él estaba enterado del pleito callejero. "Claro que sabe, nomás que se hace pendejo. Pero mira, yo le voy a decir 'oye, qué onda... porque aquí tú debiste defenderme' y lo voy a mandar a la fregada".
"Claro -le dije otra vez-, porque si no lo ha hecho (defenderla) eso quiere decir que lo único que le importa es...".
"Sí... y pues así no, mejor que se vaya", dijo, cerró el cofre de la camioneta, me dio mis llaves y pagué.
"¿Ya ves por qué ando distraída?", me dijo.
"Sí, y con toda razón", le dije y nos despedimos.
¡¡¡Qué buen chal!!!
miércoles, enero 21, 2009
LA FELICIDAD EN UNAS BOTAS
La semana pasada, al llegar a mi casa y despojarme de mi ropa para echarme a descansar, sucedió la más terrible tragedia de la historia en la vida de Aimeé (o sea la mía): mis botas -ésas que me han acompañado a lo largo de tres años y medio, testigo fiel mi caminar de un evento a otro, coprotagonistas de momentos maravillosos y otros verdaderamente fatales- se murieron. No fue como la otra vez en que se desprendió una parte de la suela (al llegar muy feliz y contenta a cubrir una rueda de prensa de Papirolas, allá en la lejanía de la Calle 2), pues aquello tenía una solución pronta... No, ésta vez no era otra cosa que la muerte: se descosieron para siempre, dejándome -casi- en un mar de lágrimas. Hasta me vi en la necesidad de mandarle un mensaje a Lalo gritando -por escrito- la pena que embargaba mi corazón.