miércoles, mayo 09, 2007

¡ESTÚPIDO CALOR!


Estoy harta del calor, no lo soporto más y ayer fue el día más insoportable de toda la vida...
Por la noche me contó Erika que estuvimos a 36 grados, con razón yo sentía mi ser desfallecer, mientras el sudor se deslizaba por todo mi cuerpecito.
Ayer odié al sol desde el primer momento en que entré en contacto con él. Apenas salí a la calle y mi cabeza comenzó a explotar. En verdad odio al estúpido calor, no lo aguanto y mucho menos si tengo que caminar de 10 a 15 mintos (lo que representa mi trayecto del estacionamiento al periódico) bajo los rayos del pinche sol.
Ayer retorció mi estado de ánimo de una manera perversa... ¡maldito! ¿por qué debo convivir con él? No sabía si llorar o ponerme a gritar de rabia.
En verdad el calor me hace sentir fatal...
Además del calor del demonio que experimenté ayer, también me vi envuelta en una racha de estupidez absoluta. No sé si estoy distraída porque el sol altera mi razón o si todas las tonterías que he hecho tienen que ver con el embarazo.
Ayer por ejemplo, fui al súper por la noche y para no andar cargando mi súper bolsa, pasé la cartera a una bolsix más pequeña... entonces me fui muy feliz y contenta. Primero decidí meterme al estacionamiento de la plaza, normalmente no lo hago, pero como ésta vez iba sola decidí hacerlo para no tener que caminar mil cargando las bolsitas del "mandado". Una vez dentro de la tienda (Gigante), me surtí con todo lo que necesitaba, entonces fui a la caja a pagar y resulta que me faltaban nueve pesos (traía más dinero, pero en la otra bolsa, en la grande, no en la pequeña a la que pasé la cartera), entonces le dije a la cajera que cancelara uno de los vasos que había comprado, el adeudo se redujo a un peso más lo que me cobraran en el estacionamiento. El hecho es que caí en un lapsus brutus y pensé que había pagado de más, le comenté a la cajera y me dijo que haría corte en su caja para comprobarlo, pues a ella también se había ido la onda.
En ese momento era las 11 de la noche, yo tenía sueño desde las dos de la tarde. llegué al depa y estaba a punto de dormir, pero me urgía comprar utensilios básicos de limpieza. Así que entre el sueño y el calor, estaba bastante distraída y confundida, al final le dije a la chava que lo dejara así, que ahorita conseguía ese cochino peso que me faltaba y el resto para pagar mi estacionamiento.
Le llamé a Erika para ver si me ayudaba, pero me dijo que justo acababa de llevar su coche al taller... ¡qué mala suerte!
De todas formas la cajera decidió hacer las cuentas, quesque para que me fuera más tranquila, pero no me tranquilicé, porque cuando hizo sus cuentas tenía un faltante de 100 pesos. Le pidió a un compañero que le ayudara a hacer la cuenta de nuevo y salió peor, pues le faltaban más de 200 pesos. Chale, además de tener calor, sueño y distracción, ya había embarrado a la pobre muchacha con mi mala suerte.
Me sentí fatal. Hice una devolución más y con eso tuve para irme y pagar el estacionamiento. Al llegar al depa, Erika me ayudó a subir algunas bolsas. Le conté de mi mala experiencia, pues al final me quedé en el súper varada durante más de una hora, y ella me explicó por qué olía tan mal en el edificio cuando llegué (se le quemaron unos garbanzos). Compartimos nuestra estupidez del día mientras comíamos un poco de helado de capuchino y nos despedimos pasadas de las 12.
Pensé que hasta ahí había llegado mi distracción, pero no. Esta mañana, a las 10:30, tuve una rueda de prensa en Rojo Café. Es tan grande mi pereza y falta de comprensión, que ya no preguntó nada en los eventos, sinceramente ni se me ocurre ni me dan ganas. En lugar de eso me puse a tomar apuntes y después, cuando creí que ya era suficiente (digo, al final de cuentas las notas no son muy largas) decidí tomar algunas fotos de la gente ahí reunida. El resultado fue el del siempre, movidas, borrosas y feas... creo que estaban demasiado lejos para mi y la existencia de la panza no me motiva a esforzarme mucho.
A mi derecha estaba Rebeca, de Público, "a la escribe y escribe", así que decidí hacer una serie de imágenes a la que titulé "Reporteando con Rebeca". Eso fue divertido...
Terminando esa interesante sesión me vine al periódico (desde aquí mero escribo). Me puse a checar mails, corregir notas, pedir comida y cuando llegó, pos me jui a comer. Al salir del súper comedor me topé con la máquina de antojitos y se me antojaron unas papas adobadas, saqué el dinero, lo deposité en la ranura correspondiente, vi que la letra de las papas era la "C" y ¡le aprete a la "B"!
¡¡Odio los doritos nachos y esos fueron los que salieron!!
Bueno, así descubrí que no estoy en un lapsus brutus, sino que ya se ha hecho "eternus".
¿Será esto también culpa del estúpido calor o es que mi mente ya está cansada de funcionar?
No lo sé... pero de todas formas no soporto el calor.

3 comentarios:

mariana m* dijo...

¡Mamacita! Felicidades en tu día. Oyes, pues ya falta menos, menitos para el 18, así que aguantate tantito más. ¿Qué tanto es tantito por el Alexiel?
Te quiero mucho, te abrazo desde acá, aunque mis brazos no sean tan largos.
:)
Muchos besos.
^_^

Anónimo dijo...

UN abrazo pre-mamá.
No creo que el "eternus brutus" sea por el calor o el embarazo. Digo, si así fuera, yo estaría embarazado desde siempre y todos los días haría calor. Esas cosas me suceden tooooodos los días y ya aprendí a vivir con eso.
¡Genial idea la de la serie! ¿Por qué no nos haces entregas de esa serie pero con diferentes reporteros? No cabe duda que el eternus brutus da cabida para un lapsus creativus.

PANCHO

Anónimo dijo...

Creo que cuando el maldito comentario y yo podremos entendernos ya te dije todo lo que tenia que decirte.
Pero en fin me he reido mil...
Ya falta menos y siempre hay torta bajo el brazo, o no hermana?