lunes, junio 25, 2007

ETAPA 2


Finalmente concluyó la Etapa 1 que me tenía tan cansada... el viernes pasado le puse punto final a aquella novelilla para empezar a escribir una nueva, prácticamente con los mismos personajes, aunque hay algunos que han cambiado ligeramente.
Mi protagonista ha dejado de ser un Alien, pero aún creo que no es de este mundo, poco entiendo lo que dice a través de su extraño dialecto, pero en este tiempo he descubierto que no importa si lo comprendo o no al 100 por ciento, sé que poco a poco iremos entendiéndonos y seguramente crearemos un nuevo lenguaje.
Como ya lo he dicho la nueva historia comenzó el viernes temprano, en una especie de estado de shock, pero tampoco tan extremo... simplemente un shoquesillo tranquilón o al menos eso es lo que aparentaba hasta antes de llegar al hospital. La cita era a las 11, para me pusieran suero y unas vendillas en las inmensas piernas antes de pasar a quirófano.
Al llegar al hospital todo bien. La entrega del cuarto, bien. Las indicaciones: "póngase la bata con lo abierto por atrás y quítese toda su ropa interior", bien. Las vendas, colocadas unos minutos después, bien. El suero, fatal. Me dolía hasta el alma, la enfermera decidió utilizar una vena situada en un doloroso lugar, así que apenas levantaba un poco mi mano derecha, sentía que el mundo se me venía encima. Quizá por eso entré en pánico inmediatamente.

"¿Hay forma de echarme para atrás?", preguntaba sabiendo que la respuesta era NO. Al cabo de unos minutos llegó Héctor, el camillero, para trasladarme a la sala del pánico. Ahí, varada frente a un reloj, vi cómo los minutos pueden trasformarse en una tortura. Pensé que la manecilla de los minutos estaba descompuesta, pues tardaba HORAS en dar el paso de un puntito al otro.

Llegó el momento. "A la sala dos", escuché a alguien decir e inmediatamente después me llevaron hacia allá. "Que no se nos olvide mi Cora", no supe si lo dije o lo pensé una vez que entré a ese lugar.

Después de un rato, alguien en sus cinco sentidos se dio cuenta de lo incómodo que era para mi el suero en esa vena... no es que la fulana (o sea yo) fuera roñosa y no alguantara un pirquetito, la neta del planeta es que esa aguja me estaba dando en la torre y maltratando mal pedo mi brazito. Ese alguién, que ya ni supe quién fue, hizo que me agujeraran otra vena, la adecuada para los sueros del mundo y ya no hubo más dolor, ni siquiera cuando me aplicaron la epidural y me fui de lleno al país de las hormiguitas que se instalaron en mi vientre y piernas.

Sólo sentí unos jalones en la panza y percibí un olor a quemado en los siguientes minutos, después de echarme un sueñito, justo antes de escuchar que ya venía el hijo. En ese momento me puse muy atenta para verlo venir. No lo vi, pero un poco después lo escuche llorar, vi pasar una masita llena de menjurge blanco y supe que era mi Alien convertido en Alexiel, nombre que resulta extraño para casi todo el mundo excepto para mi y para Luis, quien grabó una parte del procedimiento de desalienización del pequeño mimo llorón que salió de la panza.

Unos segundos los tuve cerca de mi, después lo pusieron en los brazos de Luis y al cabo de un rato, pequeñito, se alejó de mi para ser analizado a profundidad y checar que en su llegada a la Tierra no hubiese brotado algún problema en su cuerpesillo.

Ya no supe más de mi... dormí un rato en lo que cerraban la herida y después me divertí cambiando de una camilla a otra hasta llegar a la habitación y escuchar que el bebé estaba hermoso y que, no es por presumir, se parecía mucho a mi.



* Nota: Como se trata de una nueva etapa, seguramente habrá posibilidad de ver más fotos con personitas de "a de vis" (como yo aquí luciendo radiante antes de todo el chou), que imágenes de anime.

No hay comentarios.: