sábado, junio 02, 2007

ÁNGELES Y DEMONIOS


Estoy convencida de que todos somos ángeles y demonios al mismo tiempo, aunque quizá algunos tienen más desarrollada una parte que la otra. En mi caso creo que soy tan ángel como demonio, y la verdad me gusta serlo. Es algo así como el mensaje que lleva la película The dark crystal, traducida al español como El cristal encantado, en la que se muestra cómo unos seres no pudieron mantener sus dos mitadas juntas y se separaron por millones de años, permitiendo que el caos de su lado malo gobernara el mundo. Al final ambos fragmentos se unen para formar de nuevo a un único ser. La historia, viéndola en la actualidad, me sigue pareciendo encantadora, aunque cuando la vi de niña, pues la película es de principios de los 80, la mirada era distinta.
Estas dos mitadas o fragmentos o personalidades que nos forman como individuos, creo que tienen mucho que ver en lo que respecta a la forma en que vemos la vida, en cómo nos referimos a las cosas que están a nuestro alrededor, en cómo nos relacionamos con otros y en cómo todo.
Por eso hoy que me encuentro en este momento tan peculiar e inesperado para mi y las personas que me rodean (me refiero al embarazo), continúo siendo la unión de esos dos elementos: Ángel y demonio. Con esto quiero decir que, aunque ciertamente ha cambiado un poquitín mi personalidad, sigo siendo exactamente la misma persona. Por eso es que la ñoñez no me ha alcanzado por completo (afortunadamente) y aunque de vez en cuando veo cosas lindas y puedo pensar "mira qué lindo", no he llegado al grado de gritarlo a los cuatro vientos.
Supongo que también tiene que ver mi dosis de ángel y demonio en que cuando hablo de mi hijo me refiero a él como "el alien" y no como "la celulita", como lo hacía Norma. Aquí el problema creo que está en las dosis de ángel-demonio de las otras personas, quienes pueden percibir que hablo del "Alien" como si se tratara de un monstruo. Habrá que ver entonces qué tipo de alien se imaginan, porque si es el de la película de la navecilla en el espacio, pues nel... no es así como lo veo. Yo más bien lo imagino como el de Los expedientes secretos X, el cabezón con ojotes... no el gusano con baba.
Recuerdo que Ana tiene un sobrino al que le dicen "Duende", y según recuerdo algún le preguntamos que por qué le decían así al niño y ella nos comentó que así le llamaban desde que estaba en el vientre de su madre. Bueno, pues yo quiero añadir al respecto que hay duendes muy feos y muy malos... pero supongo que la familia de Ana tenía en mente a un duende lindo y bueno, que también se supone que los hay (digo, de acuerdo al mito, no?).
A lo que voy con esto es que no podemos juzgar a los demás por ser más ángeles o demonios que nosotros.
De verdad estoy cansada de que crean que no tengo sentimientos, que no quiero a mi bebé y que por eso no demuestro gran emoción y encima le digo "Alien". Así soy, mi dosis ángel-demonio me ha convertido en la persona que soy (que por cierto me gusta mucho). Y si he abierto este blog es precisamente por lo mucho que ha crecido mi ángel, porque no lo he abierto para mi o para algunos de mis amigos que se asoman a este sitio de vez en vez... lo he creado para mi Alien (mi Alexiel), para que después pueda ver lo que significó en mi vida cuando todavía estaba en mi vientre.
¡Ya! Eso es todo lo que quería decir hoy. ¡BASTA!

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