domingo, diciembre 30, 2007
LAS CARAS DE LA ALEGRÍA
EL DUENDE
martes, diciembre 18, 2007
PARAÍSO ENFERMO
Desafortunadamente desde la semana pasada hay tormenta en mi paraíso. El pobre Alexiel ha estado enfermo y como no se veía claro, hoy tuvimos que darnos una vuelta al doctor (sin cita y con la conciencia de que podría esperar mil horas) para que nos dijera qué hacer, pues el antifludez no logró sanarlo.
Para nuestra suerte no tuvimos que esperar mucho. Entramos pronto a doctor, no a una de las salitas acostumbradas, sino a una camilla en medio de otras dos cubiertas con una cortinillas... era como esas camas de urgencias en los hospitales que salen en la tele (ER, Grey, Doctor House...).
Primero le checaron la temperatura, bien. Después a pesarlo, 7.700 gramos. Y un poco después, el chequeo en forma... ahí comenzó el drama; creo que nunca había sido tan difícil hacer el chequeo, hubo qe sostenerlo con fuerza para que el doctor checara con calma sus oídos, naríz, boca, pecho y estómago.
El diagnóstico: "Faringoamigdalitis". Una infección de la faringe y las amigdalas, o para hacerlo más sencillo: de la garganta y las anginas.
El hecho es que trae unos enormes mocos verdes que le obstruyen la nariz y le provocan 80 mil flemas, así que respira medio mal y de repente le da una tos medio gachita. Aunado a eso están unas ampollas, aftas o como se llamen, que tiene en la garganta, lo que le impide tragar cómodamente... es por eso que últimamente está comiendo medio mal y llora sin cesar.
La solución: un jarabe cada seis horas y unas gotas cada 12, durante cinco días en el caso de ambos.
Espero que resulte... porque así es muy triste estar en mi pequeño paraíso.
lunes, diciembre 03, 2007
ALEXIEL EN LA FIL
El sábado entré a las 10:30 a mi primer evento en la FIL, era en el marco del encuentro de caricatura e iban bastante retrasados, de manera que lo que cubriría a las 10:30 inició una hora después y entonces todo, todo, todo, se retrasó hasta el infinito.
Lo bueno de traer lap es que uno puede ir escribiendo mientras escucha los "interesantes" mensajes de la gente que está en tal o cual actividad, así que las tres notas que tenía que hacer de la serie de actividades de dicho encuentro, terminé de escribirlas y mandarlas apenas 20 minutos después de que todo hubo terminado.
Tenía prisa porque había quedado con Luis en que llevaría a Alexiel a la Expo y quería presumirlo entre mis amigos. Cerca de las tres Luic me llamó para avisarme que ya estaban afuera, así que salí en busca de ellos. Estaban en una inmensa fila bajo los rayos del nefasto sol. Me encontré en el camino a Juan Levid y le pedí que se mochara con un gafete para que Luis entrara. Tan bueno como es él, me lo prestó y pudimos "sacar" al pobre Alexiel del alcance de los rayos del sol.
Entramos a la FIL y Juan siguió su rumbo y nosotros el nuestro. Para entonces Alexiel no estaba al 100 por ciento, el sol había hecho estragos en su humor y, aparentemente, estaba ligeramente "engentado". Así que Ale y Ceci (de La Jornada) se encontraron con la cara seria del hijolín.
Poco después de ese encuentro, nos fuimos a la salita de prensa del "Info" para seguir en la "presumición" del hijo. Ahí nos encontramos a Eduardo y Alfredo, y a los vecinos, mis excompañeros de la UdeG, quien encontraron con mejor ánimo a Alexiel.
Quien definitivamente le hizo harto feliz, fue Francisco, fotógrafo de la UdeG, La Gaceta o la Dirección de Prensa y Comunicación (como se le quiera llamar). No entiendo en qué estuvo, pero Alexiel lo pasó genial con él. Quise tomar una foto de ambos, pero cosa curiosa, resulta que al fotógrafo no le gustan las fotos, así que nada más pude tomarla mientras Francisco corría con Alexiel en brazos por el salón.
Me encantó la sonrisa del hijo, la risa que Francisco le provocaba con tan sólo mirarlo. No sé si se reía con él o de él... supongo que con él, porque dice Francisco qe una característica de su ser es que es muy cómico o muy amarguetas... jajaja. Afortunadamente o encontramos en la mejor faceta.
Después de que Alexiel fue "zangoloteado" por aquí y por allá. Decidimos irnos del lugar y evitar que el pobre niño se topara con más gente y entrara en pánico.
Nos fuimos a comer y mientras Luis y yo devorábamos los alimentos, Alexiel se durmió un ratito, para despertar minutos más tarde fresco, casi como una lechuga.
Yo tenía evento a las cinco, así que nos despedimos pronto. Luis se llevó al hijo a casa de sus papás y yo me quedé en la FIL contenta por haber tenido la visita más linda del mundo.
Volvimos el domingo (los tres) para pedir que me dieran mis facturas de comida y estacionamiento , así que Alexiel tuvo su sengundo encuentro con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
domingo, diciembre 02, 2007
LO BUENO DE LO MALO
sábado, diciembre 01, 2007
CONTORSIONISTA
Pero cuando nació Alexiel me di cuenta de que ese era un mito, que es imposible que se toquen los pies y se hagan bolita con tal facilidad. El caso es que de recién nacido, Alexiel nunca lo hizo... entonces yo pensé que el pobre niño habpia heredado mi capacidad para no poder maniobrar cómodamente las extensas partes de mi cuerpecito (jajaja).
Pero ahora que Alexiel ha cumplido cinco meses (y que por cierto lleva ya casi cuatro semanas que comenzó a comer sólidos) veo que es una cuestión de edad, o de desarrollo.
El caso es que Alexiel ya se alcanza los pies y hasta juega a sosternerlos (o alguno de ellos) y dejarlos caer sobre algo que haga ruido, además de que ya se agarra las "patrullas" con sus "manecitas" e incluso de repente se chupa los calcetínes... pero encantado de la vida.
Quién sabe... pero por ahora creo que una buena chamba para Alexiel podría ser la de contorsionista. Debo confesar que esta nueva etapa de desarrollo me tiene maravillada.
Si no fuera por estas lindas cosas de la vida... mi "ídem" sería ligeramente gachita.
jueves, noviembre 29, 2007
EXTRAÑAMIENTO
lunes, noviembre 12, 2007
UMA Y ALEXIEL
El sábado pasado mi suegra nos llamó para invitarnos a comer, pues iría a su casa una amiga que tenía ganas de conocer a Alexiel. Yo no podía, me tocaba trabajar ese día desde la una de la tarde cubriendo una rueda de prensa en la Haus. Entonces mi suegra me pidió que Alexiel fuera guapo (más que de costumbre), lo cual no fue nada difícil... jajaja.
Por la noche, Luis me contó cómo le fue y me preparó para cenar algo de lo que comieron por la tarde. Después me dijo que me había enviado a mi correo unas fotos que tomó... mismas que presento a continuación.
Son Uma, quien por cierto creo que sufríó en algún momento un ataque de celos ante la llegada de mi hijo, y Alexiel. Ambos lucen bastante bien.
Lamento no haber estado ahí para ver en vivo este gran encuentro.
jueves, noviembre 08, 2007
AYER Y HOY
El otro día salí con Mare y Rubi (la primera con dos hijos y la segunda con tres) y me sentí súper a gusto, ahora sí estábamos en el mismo canal... Rubi recordó aquellos primeros meses de Betito, cuando se le desarrolló una cosa que llamaron "terror nocturno" y que hacía que el niño llorara mucho, pero sin responder a sus padres cuando estos iban a tranquilizarlo. Como por arte de magia entendí lo dramático de la situación. Y bueno, no es magia, simplemente es que ahora se me ha desarrollado un no sé qué, que evidentemente tiene que ver con la fortuita llegada de Alexiel a mi vida.
Mare contó que Alessandro es bastante inquieto y duerme poco, mientras que Cristian tiene un problema en uno de sus riñones... así que la pobre mujer no ha podido descansar a pata suelta desde hace dos años. Rubi recordó aquel sufrir con su primer hijo, poco habló del segundo, pero se emocionó al extremo al mencionar a Rubicita, aunque lamentó que se parece al papá y no a ella. Yo, como nunca, puse mucha atención. Hice comentarios acerca de lo buen niño que es Alexiel y les enseñé algunas fotos que tengo en el celular.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan a gusto con mis amigas. Después de la charla infantil pasamos a los recuerdos de la universidad, haciendo mención de todos y cada uno de los seres extraños que tuvimos por compañeros y, obviamente, viboreamos un poco a unos y otros.
Me sentí feliz... fue como si volviera a salir con Mariana y Liliana, cuando las tres teníamos mucho qué ver, cuando las tres vivíamos en la misma ciudad. Cuando tomábamos café en el Mondo o en la Estación de Luli... o cuando dejamos el café y empezamos con las chelas aquí, allá y acullá.
Creo que si las dos estuvieran aquí las cosas serían diferentes (o iguales en un sentido poco agradable para mi). Y es que la verdad creo que me encuentro en otra etapa, claro que extraño mucho las salidas de antes, pero a lo mejor, como me sucedió con mis otras amigas, ya no tendríamos tema de conversación, pues no encuentro tema más interesante por el momento que contar que Alexiel ha descubierto que puede meter y sacar la lengua cuantas veces quiera, que ya no se mete la mano a la boca para chuparla, sino que ahora saca la lengua e intenta chupar su mano fuera de la boca, que ya va a comer papillas de zanahoria, que ya siento que es un niño grande, que me muero de la emoción porque he comprado un aparatejo para moler sus verduras, que me está empezando a dar harta flojera pensar que ahora sí voy a estar lavando como loca su ropa... que estoy feliz de tener en mi vida a Alexiel, aunque nunca antes pensé que tener un hijo me haría tan feliz.
Tengo un libro que se llama El primer año en la vida del bebé que habla justamente de este tipo de cuestiones (bendito sea el día en que Rosy, la esposa de un amigo de Luis) me prestó ese fabuloso libro que responde a mil preguntas de la madre primeriza. Lo que dice es que efectivamente a una, como madre, ya no le interesan tanto otros temas que no tengan que ver con su hijo, es una cuestión natural, no es que una se haga más mensa (o al menos eso quiero pensar), es simplemente que el punto central de atención cambia drásticamente y es algo inevitable. Incluso me he dado cuenta que a veces con Rebeca (de Público) me pongo a hablar de mi hijo en lugar de... no sé... hablar quizá de la súper nota del momento o de lo ojetes que son los editores o cualquier otra cosa.
Ni hablar... así son las cosas hoy.
Eso sí, nadie quita de mi memoria los maravillosos recuerdos que tengo de lo vivido con Liliana y Mariana. Los tours nocturnos por el Calavera, La Santa, La Mutualista, El Lido, el A dónde, el Prana, el Circus, Caudillos, Mónicas, Angels... el choquesillo en el Seven de Juárez y Enrique Díaz de León que nos dio para comprarnos una chelas en la Mutua y echarnos alguno de los deliciosos platillos que nos ofrecía Chuy... las veladas en el depa de Mariana con canciones entrañables de Miranda, Belanova y hasta Marisela... el día que descubrimos que con una canción de David Bowie las chelas estaban al dos por uno en el Calavera... los amaneceres en el Prana y la continuación de la mini fiesta en el depa de Lili... Sí... lo añoro, lo extraño y lo revivo de vez en vez en mi mente.
Pero hoy soy ésta... la que está en la foto sosteniendo a un niño hermoso... a mi querido Alexiel.
martes, octubre 30, 2007
domingo, octubre 07, 2007
¡LA GUARDERÍA RIFA!
Tengo primos que crecieron en guardería y otros que sólo se mantuvieron detrás de las faldas de sus madres. Los primeros son más vivos, más sociables y más extrovertidos. Los segundos son ligeramente más inseguros. Claro que hay excepciones, supongo que habrá personas muy abiertas que comenzaron a relacionarse con otros individuos a la edad normal (cuatro o cinco años) e incluso los que lo hicieron hasta los seis. Pero de cualquier forma creo que sí es útil que los niños comiencen a relacionarse con otros desde pequeños.
Ésa es una de las razones por las que decidí llevar a Alexiel a una guardería. Por otra parte, como madre primeriza, pensé que sería bueno que se integrara a una dinámica, para que de pasada nos integrara a Luis y a mi. Para mí era muy importante establecer un horario de comidas y sabía que ahí tendría que ajustarse a ciertas normas. Lo estamos haciendo y estoy contenta con ello, aunque claro que los fines de semana nos desfazamos un poco del horario (aunque también sucede entre semana), pero poco a poco vamos mejorando.
Así que esto me hace pensar que le estoy haciendo un bien a Alexiel. no lo estoy abandonando por completo, paso con él largas horas antes y después de la guardería (en la mañana y en la noche). Y los fines de semana tengo oportunidad de disfrutar más de su compañía.
Cuando lo dejo en la guardería, me gusta que al pasar a los brazos de alguna de las chicas que se encargan de su cuidado Alexiel solamente sonríe... ellas lo llaman por su nombre y me cuentan que es un niño súper tranquilo. Cuando se nos hace un poco tarde, incluso me dicen: "Ya pensábamos que ahora no lo íbamos a taner".
De verdad me gusta que esté ahí. A veces cuando llego en la noche y está despierto, pasamos un buen rato platicando... en verdad parece que me cuenta cómo estuvo su día y siempre, siempre lo hace con una enorme sonrisa.
Una de las cosas que disfruto mucho es que yo me siento tranquila... estoy trabajando y para nada tengo angustia sobre cómo pueda estar él, porque tengo la certeza de que está bien atendido. De hecho es en la guardería donde constantemente están recordándome de las cosas importantes para Alexiel, como las vacunas, que ya le tocan el próximo 22 de octubre (el día que cumple cuatro meses).
El viernes va a haber una conferencia sobre sexualidad y aunque Alexiel está muy chiquito para que lo esté instruyendo en esas cuestiones, me parece bastante útil que realicen actividades como ésta en la guardería, además es con carácter de obligatorio, lo cual significa que realmente hay una preocupación por educar a los padres de los niños.
Por otra parte, el 26 de octubre va a haber una fiesta de disfraces... ya han puesto letreros invitando a los niños y a sus papás, quienes deben (si quieren) llevarlos con su súper disfraz... Alexiel ya tiene el suyo: es un diablo con cola y todo!!
La verdad la guardería rifa!!! Tanto para mi, como para Alexiel... es ahí donde encontrará a los primeros amigos de su vida.
Anímate Lulú... creo que será bueno para tí y para tu corazón.
martes, septiembre 25, 2007
ADAPTACIÓN
En la segunda semana de septiembre mi mamá me llamó al celular para darme la buena noticia de que Alexiel finalmente había sido aceptado en la guardería que se encuentra en la esquina de la casa de mis padres.
Fue a principios de agosto cuando iniciamos los trámites para que lo aceptaran a sabiendas de que ahí sólo reciben a niños de tres meses para arriba (entonces Alexiel tenía apenas mes y medio). Siendo reconocida como una de las mejores guarderías del IMSS la lista de espera era larga, antes de nosotros había otras 10 personas solicitando un espacio.
En aquel entonces me dijeron que probablemente cuando Alexiel cumpliera los tres meses podríamos tener un sitio, pero ese "probablemente sí" encerraba un "probablemente no", así que me concentré en la primera opción a ver si lograba alcanzarla con tan solo afirmar en mi mente: "sí nos van a dar lugar".
Un día decidí darme una vuelta por ahí para preguntar cómo iba el proceso. Regresé a casa con cero respuestas y la propuesta de una de las trabajadoras de buscar otras opciones por si acaso no se daba el espacio.
Una semana más tarde fue cuando recibí la llamada de mi madre y entonces me lancé presta para cubrir todos los requisitos y ver cuándo podría empezar a llevar a Alexiel. La directora me dio como fecha el 20 de septiembre, pero la única condicón era asistir durante tres días (es decir, el 20, 21 y 24 de septiembre) a cubrir con una onda que se llama "Adaptación". Se trata, pues, de estar ahí con Alexiel para que poco a poco se vaya aclimatando a la vida en la guardería, al tiempo que me dan a mi la posibilidad de ver cómo se maneja la vida de los pequeños ahí adentro.
Empezamos el jueves pasado a las nueve de la mañana. Llegué un poquitín tarde, así que ese día tuvimos que permanecer ahí de 9:30 (aunque yo llegué a las 9:15) a 13:30 horas. Las chicas del área de "Lactantes A" me explicaron que el primer día la madre (o sea yo) se hace cargo por completo del hijo (o sea Alexiel). Entonces yo le di de comer, le cambié el pañal y estuve cerca de él todo, absolutamente todo, el tiempo.
Para ambos era como nuestro primer día en el "cole" (como dice Aurora) y como yo ya he vivido en numerosas ocasiones un primer día en un sitio desconocido, me comporté como lo he hecho en aquellas otras ocasiones: ocupando un ronconcito del lugar, viendo de lejos la vida y comportamiento de los otros. Yo no sé Alexiel, pero el jueves lo pasé un poquitín mal, pues como que no encontraba las juerzas en mi ser para platicar con las muchachas y cuestionarlas sobre todas mis dudas. Al final pregunté algunas cosillas y ellas me dijeron otras: que hay que llegar puntual al desayuno a las nueve, porque si no ellas no se hacen responsables de que el hijo coma; que en el caso de los niños de tres meses las comidas son cada tres horas (a las 9, a las 12 y a las 3), el resto de los niños come cada cuatro horas; que hay que llevar seis pañales, tres cambios de ropa, un cepillo, tres baberos y dos bolsas de plástico, todo esto rotulado con el nombre del niño, para que las cosas no se extravíen; que ahí les proporcionan a los niños su biberón, el cual solamente será utilizado por el niño; que los niños deben permanecer en la guardería al menos una hora y que no entregarán a ningún niño si la persona que los va a recoger ha olvida su credencial.
Ese día descubrí también que Isabela le quita las cobijas a los niños que están a su alrededor; que Pavel -el enorme niño de seis meses- jala constantemente el brazo del chico que está a su lado; que Estefanía grita mucho, pero es una niña linda; que unos padres inconscientes llamaron a su hijo Milton (por dios, qué nombre más feo) y que hay por ahí un niño que se llama Gael (¡chale!).
Justo ese día le di de comer a Alexiel en su nuevo biberón. Logré con esfuerzo que se tomara las seis onzas habituales (por cierto que esto sorprendió a las muchachas, pues parece que mi hijo come bastante para su edad, aunque a Galindo -el pediatra- le parece una buena dosis).
El segundo día nuestra entrada estaba programada a las ocho de la madrugada y dado que hay mil de tráfico, Alexiel y yo salimos de casa alrededor de las 7:20 muertos de sueño. Para sorpresa del mundo llegamos diez minutos antes, pero de todas formas nos dejaron salir hasta la una de la tarde.
Ese viernes parece que ya estábamos más relajados. Coloqué a Alexiel en su portabebé al nivel del resto de los niños. En el segundo día del periodo de "Adaptación" se acostumbra que la madre y las muchachas del área de "Lactantes A" se hagan el paro, es decir, esta vez hubo quien le diera a Alexiel su desayuno de las 9 (duramte el cual descubrimos que tiene un problema con el biberón que se le asignó, de tal suerte que tuve que ir al coche por uno de los suyos) y cambiara su pañal luego de su primera comida. Además, Lulú (una de las chicas, que está embarazada) se encargó de mecerlo en el portabebé hasta lograr que se durmiera un rato. Después, me tocó retomar las riendas del cuidado del hijo.
Nuevos descubrimientos aparecieron ese día, así como la confirmación de algunas opiniones del día anterior: Efectivamente Isabela es una hija del mono, esta vez le quitó a Estefanía un juguete con el que se divertía en su cuna, después le aburrió y empezó a golpear la cabeza de uno de los chicos más pequeños hasta que alguien la descubrió y quitó a la pobre víctima del lugar; Chely es la chica que mejor cuida a los niños, les inventa canciones; las otras muchachas, cuyos nombres no me aprendí, tienen como tema de conversación que "Estefanía se ve lindísima hoy" y que "Ángel me regaló una sonrisa cuando le di su biberon" y creo que eso es bueno. También hubo quien dijo que Alexiel, a pesar de estar tan largo, se siente como un bebé a la hora de cargarlo.
No fue este comentario el que me hizo charlar más con ellas, sino la conciencia de que debía conocerlas mejor para saber a quién le estoy dejando a mi hijo y sobre todo para decirles "¡por favor, se los encargo mucho!". Así que ese día incluso le eche carrilla a una de las muchachas que recibión un mensaje en su celular de un galán... además, le ayudé a entererarse de qué le decía, pues le envió un fragmento de una canción de Kiss a la que ella no le entendió ni máiz.
El lunes volvimos a la guardería para cubrir nuestro último día de "Adaptación", esta vez de 8 a dos de la tarde y yo en calidad de observadora. Fue el día más aburrido y al mismo tiempo el que más nerviosa me puso con respecto a dejar a mi pobre niño ahí. Y es que resulta que cada tres meses hay una rotación interna de personal, o sea que las muchas se van cambiando de un área a otra. la sorpresa el lunes fue encontrarme con que Chely (la que más feliz me hizo) había sido trasladada a "Lactantes C"... snif, snif. Además fue un día ligeramente caótico, porque de las cinco muchachas que normalmente hay en cada área, en la mía (la nuestra) habían faltado tres, de manera que hubo que pedir auxilio a las muchachas de otros salones.
Chely fue una de las "rescatistas" del día, entonces aproveché para decirle que lamentaba mucho su cambio porque me había gustado mucho la forma en que trata a los niños (espero que en tres meses la envíen de vuelta a "Lactantes A".
A pesar del caos -porque realmente fue un CAOS- percibí a Alexiel más aclimatado, aunque sí estuvo llorando un poquitín y como que ligeramente incómodo. Sin embargo supongo que así será algunos días, que esto es de lo más normal y a pesar de todo estoy convencida de que es lo mejor para él.
La "Adaptación" terminó. Hoy llevé a Alexiel a su primer día solo en la guardería. Encontré a Lulú en el salón y, como ya es mi costumbre, se lo encargué muchísimo. Mi madre fue a recogerlo por la tarde. Le llamé desde el periódico y me dijo que lo encontró despierto y risueño, pero al llegar a casa cayó en un profundo sueño.
Me hace feliz que Alexiel esté en la guardería, creo que eso contribuirá a que esté más despierto ante la vida y me emociona pensar que quizá ahí encontrará a los amigos más entrañables de su existencia.
DÍA UNO: Alexiel lucía nervioso en su primer día en la guardería. Como los niños nuevos de la clase, ambos permanecimos un poco aislados del resto de los chicos y chicas.
viernes, septiembre 14, 2007
VERSATILIDAD
domingo, septiembre 09, 2007
SOY YUBABA
Desde hace un par de meses mi hermana ha comenzado a rejuvenecer... yo, por el contrario, estoy dando el viejazo.
Más que la llegada de Alexiel a mi vida, me delata la camioneta que me vendió Gonzalo... y pensar que yo creí que le compraba la Cherokee a mi cuñado y resulta que en realidad era una doña (porque son las camionetas, independientemente de cómo sean, las que hacen doña a la mujer o al hombre... la doñes nada tiene que ver con la actitud).
* En la foto está Yubaba de la película El viaje de Chihiro (Spirited away), de Hayao Miyazaki. Incluyo además una imagen de Bou, el hijo de Yubaba, así que ésta podría ser la imagen de Alexiel si ambos fuéramos una caricatura.
viernes, septiembre 07, 2007
"UN NIETO SANO"
"Dile a las abuelas que dice Pedro Galindo que tienen un nieto sano", dijo el pediatra esta mañana al terminar la consulta mensual de Alexiel.
Creció cuatro centímetros ("Va a ser alto como sus papás", dijo la enfermera) y aumentó un kilo.
Todo en orden. Las dudas se solucionan rápido, tardé más tiempo en escribir en una hoja las preguntas básicas para el doctor. Prácticamente todo es normal. ¡Wow, lo que es no saber absolutamente nada de bebés! ...pero vamos aprendiendo.
A continuación los detalles:
* La leche (Nursoy) continúa en el menú; Galindo asegura que es un buen alimento para Alexiel y la verdad es que no tenemos quejas de ella (sólo que es medio carilla, pero ni hablar).
* Que de repente no respire bien o que emita algunos ronquidillos es absolutamente normal, porque está en una etapa de su vida en que todavía no se desarrollan algunos órganos de su cuerpo... y bueno, el caso es que hay que cuidar su nariz, más que con la pera con el "nasalub", que precisamente le lubrica la nariz para que respire mejor. Si se escucha el ronquidillo es recomendable levantarle un poco la cabeza si está acostado, o colocarle algo en la espalda para levantarlo un poqutín, si está sentado.
* La cangurera es buena también. Cero daño a sus piernas, su cadera y su espalda. Además he leído que es chida porque es una buena manera de traer al hijo de un lado a otro, logrando que se siente a gustis, pues está cerca de la madre (si es ella quien lo carga) y percibe los latidos del corazón que lo tranquilizan tanto.
* No pasa nada si duerme con los ojillos entreabiertos, simplemente hay niños que así son y otros que no... Galindo asegura que hay una serie de mitos con respecto a esto, pero que nel... nada que ver... quesque eso es "cosa de abuelitas".
* "Que la vena de la nariz unos días está más marcada que otros" ...pues nada, que eso también es normal, poco a poco se le ira borrando.
* A veces cuesta el trabajo del mundo hacerlo repetir y en la mayoría de los casos ni siquiera logra sacar un eructillo: "Está bien", dice Galindo, "conforme van creciendo van dejando de eructar".
Mientras yo pregunto y aclaro hasta la más torpe de mis dudas, Pedro Galindo analiza el oído de mi hijo, sus ojos, su boca... explora minuciosamente cada partecilla de su ser. Alexiel, que minutos antes estaba llorando porque le arrebaté la leche para empezar con la revisión, se queda tranquilo y parece, también, que lo mira analizándolo bajo sus propios estándares.
La consulta termina con esa linda frase: "Dile a las abuelas que dice Pedro Galindo que tienen un nieto sano". Yo me emociono... me hace muy feliz saber que el hijolín está bien.
Me quedo un rato en el pequeño consultorio mientras lo coloco en su silla y ajusto el arnés para que esté seguro. Me cuelgo mi bolsa y cargo en mi espalda la pañalera. Levanto con las dos manos el portabebé. Salgo del consultorio y uno de los médicos que trabajan con Galindo se ofrece a ayudarme con mi gran carga. Digo que no, "me vas a malacostumbrar y después tendrás que acompañrme para cargar todas mis cosas", le digo.
Finalmente llego a la sala de espera y aguardo un rato para poder pagar y hacer una nueva cita para Alexiel: 350 pesos por la consulta y un papelito en el que la recepcionista anota que el 9 de octubre habré de volver a las 10:00 horas.
Salgo y en la farmacia anexa al consultorio compró tres gomitas de lagartija (¡riquísimas!), una para cada miembro de mi pequeña familia. Alexiel me cede la suya porque no puede comer esas cosas aún... ¡Ups, lo olvidé! (jajaja)
Camino media cuadra y llego a la camioneta, subo al hijo en la parte trasera y le pongo el chupón para que se entretenga un rato en lo que llega la hora de comer de nuevo. Me subo, coloco el estéreo y prendo el coche. Con el disco Chill in India Alexiel se duerme hasta llegar a la casa de los padres. Despierta y ¡a comer!
miércoles, septiembre 05, 2007
OTRA VIDA
Me gusta la vida que tengo desde que Alexiel está aquí... aunque debo confesar que a veces extraño un poco la que tenía antes.
Hay momentos en que echo una mirada hacia atrás y me sitúo de nueva cuenta en distintas situaciones divertidas, fiesta... mucha fiesta, aquí, allá y acullá, pasando por la Mutua, el Calavera, La Santa, el Scratch y el Prana (las últimas veces). Martinis, cervezas, micheladas, clamatos y whisky, para aquellos días de dieta, complementaban las horas de charla interminable, sin poder faltar los marlboro light o medium, para probar.
Miércoles de juerga... jueves de una develada marca diablo y una torta ahogada para alivianarse, mientras las neuronas continuaban dormidas o, peor aún, enfiestadas. Ya para la noche, después de pasar el día entero diciendo "no lo vuelvo a hacer" -como comercial de Picot-, ya empezaban a entrar las ganas de salir un ratito por la noche... pero sólo un ratito (sí, claro).
Pues desde finales de octubre del año pasado (2006), los miércoles dejaron de ser de fiesta, lo mismo pasó con los jueves, los viernes y los sábados. Primero fue por tristeza, me ponía fatal de regreso a casa mientras los otros seguían divirtiéndose. Después, dejé de ser requerida en los grandes eventos y aunque sufrí (se siente medio gacho ser excluida), decidí asumirme en esa nueva realidad.
Afortunadamente el olor del cigarro y el alcohol me ayudaron a decir adiós sin sufrir terriblemente... poco a poco fui llegando al punto donde estoy. Lo que sí es definitivo es que ninguno de mis amigos de fiesta se desvela tanto como yo, y aunque ya no hay chelas, en su lugar ha llegado el gusto de disfrutar a mi hijo entre un parpadeo y otro.
Neta que sí me gusta la vida que tengo ahora... me gusta estar con mi hijo, me gusta darme cuenta que ya está más grande, que sus ojos están más abiertos, que sus sonrisas son sinceras y todas -casi todas- están dirigidas hacia mi.
...que sus cachetes han crecido, que su cabello es suave, que se emociona cada vez que los borregos dan vueltas sobre su cabeza, que el psycho y Covenant hacen que su trayecto de un lado a otro (del depa a casa de los abuelos) sea ligero, pues la música -ésta música- lo tranquiliza cuando hay lágrimas en sus ojos y el llanto sale por su boca...
Poco extraño aquella otra vida de la que me costó trabajo despedirme... ahora, al paso del tiempo, me he dado cuenta que lo pasé genial y sí, esto es lo que debía de pasar.
Supongo que continuaré alejada de la fiesta un rato más... pero regresaré algún día, aunque seguramente no será como antes, porque para empezar, ya no tengo el aguante de antaño y en verdad, me gusta estar cerca de Alexiel.
miércoles, agosto 15, 2007
AIMEÉ DESLACTOSADA
sábado, agosto 11, 2007
DE VUELTA A...
viernes, julio 27, 2007
MUSICA PARA ALEXIEL
Cuando Alexiel era Alien y estaba en mi vientre, nunca le puse una música especial para relajarse. Mi estrés estaba por los cielos y la única persona que me interesaba tener relajadita era a mi misma, así que cuando iba en el coche en lugar de poner a Mozart (bastante recomendado para los bebés), decidí poner algo de psycho, así que el Alien de mi vientre se formó con Psyton, GMS, Infected Mushroom, Skazi y Alien Project, entre otros. Incluso poco antes de cumplir los tres meses le regale al pequeño ser una visita a una fiesta rave que se realizó en un terreno al lado del CUCEA.
La verdad es que hasta ahora no me he atrevido a ponerle a ninguno de los dj's mencionados, pues aunque dice la gente que cuando los niños escuchan lo que escuchaban cuando eran "aliens", se tranquilizan bastante porque les representa un recuerdo de aquellos felices días en que no tenían que preocuparse ni llorar por nada.
En este momento Alexiel y yo estamos escuchando el soundtrack de Ghost in the shell, un anime bastante interesante en el que se pueden encontrar incluso algunos discursillos de Aristóteles que deveras te ponen a pensar profundamente.
Como la película de 1995 (escrita por Kazunori Ito y dirigida por Mamoru Oshii), la música de Kenji Kawai es excelente y aunque nunca la escuché con el Alien dentro, ahora Alexiel ha aprendido a disfrutarla y se deja llevar por ella, quizá, a un mundo místico de Japón, donde tal vez se encuentra con una que otra de las imágenes de la película.
Después de un largo rato de escucharlo llorar sin entender qué quería decir, finalmente se ha dormido en su cuna para dejarme escribir esta entrada. Estoy segura de que tanto él como yo estamos disfrutando harto de este bonito disco.
El soundtrack de Réquiem por un sueño (película del 2000 de Darren Aronofsky), de Clint Mansell, también ha resultado bastante relajante para él y para mi.
lunes, julio 16, 2007
SACRIFICIOS
He escuchado a varias madres (cuyos nombres no escribiré aquí) que han sacrificado mucho de sus vidas por sus hijos. Incluso algunas de ellas dicen en el momento en que se encuentran con una madre novata como yo, que apenas estoy comenzando con los sacrificios. A veces preguntan: ¿has dormido? y si mi respuesta es no, entonces viene un rollo como "así es como una madre debe sacrificarse por sus hijos".
Hay un montón de historias de estos sacrificios. Estoy segura de que más de alguno de ustedes tienen la madre que le has contado lo mucho que se sacrificó para poder convertirlos en los niños fuertes y sanos que son ahora.
Hay revistas que hablan un poco de esto. El otro día me encontré un artículo en el que decía que la madre antepone las necesidades de su bebé a las suyas. Así, si el hijo tiene hambre y la madre también, ésta prefiere dejar de comer o hacerlo hasta las mil, siempre y cuando su retoño coma y duerma tranquilamente.
La neta eso es súper cierto. Ahora con Alexiel me he dado cuenta de lo difícil que es cuidar a un bebé y cómo a veces ni siquiera hay chance de comer bien, echarse una pestañita o ir al baño, pues las noches (las mañanas y las tardes) siempre son mutiladas por el llanto y hambre del pequeño.
Pero la neta es que tampoco se trata de un sacrificio, pues creo que las madres hacen esto encantadas, aunque las tripas hagan sus reclamos o las ojeras muestren lo contrario.
Así me pasa con Alexiel.Claro que hay días que me cae un poco mal precisamente porque no me ha dejado hacer nada en todo el día, pero al final siempre estoy dispuesta a atenderlo, aun cuando su llanto pueda resultar excesivamente molesto. Pero en cuanto me encuentro con sus ojotes y esa mirada tierna que tiene, la molestia y desagrado se convierten en arrepentimiento y me dedico a besar prácticamente cada partesilla de su ser.
En serio, no es un sacrificio... quizá masoquismo, pero sacrificio no.
Por eso me choca que las madres (y cualquier madre del mundo) eche ese rollo de lo mucho que se ha sacrificado por ti, por mi y por cualquier hijo de la Tierra. Yo no pedí sacrificios de mis padres y no seré yo quien diga en un futuro a mi Alexiel lo mucho que me sacrifiqué por él cuando vino al mundo... pues eso es algo que no he hecho. Al contrario, a pesar de lo difícil que puede ser es un gusto cuidar de él... así, con toda mi inexperiencia y con algo de instinto.
viernes, julio 06, 2007
POCO TIEMPO
miércoles, junio 27, 2007
lunes, junio 25, 2007
ETAPA 2
"¿Hay forma de echarme para atrás?", preguntaba sabiendo que la respuesta era NO. Al cabo de unos minutos llegó Héctor, el camillero, para trasladarme a la sala del pánico. Ahí, varada frente a un reloj, vi cómo los minutos pueden trasformarse en una tortura. Pensé que la manecilla de los minutos estaba descompuesta, pues tardaba HORAS en dar el paso de un puntito al otro.
Llegó el momento. "A la sala dos", escuché a alguien decir e inmediatamente después me llevaron hacia allá. "Que no se nos olvide mi Cora", no supe si lo dije o lo pensé una vez que entré a ese lugar.
Después de un rato, alguien en sus cinco sentidos se dio cuenta de lo incómodo que era para mi el suero en esa vena... no es que la fulana (o sea yo) fuera roñosa y no alguantara un pirquetito, la neta del planeta es que esa aguja me estaba dando en la torre y maltratando mal pedo mi brazito. Ese alguién, que ya ni supe quién fue, hizo que me agujeraran otra vena, la adecuada para los sueros del mundo y ya no hubo más dolor, ni siquiera cuando me aplicaron la epidural y me fui de lleno al país de las hormiguitas que se instalaron en mi vientre y piernas.
Sólo sentí unos jalones en la panza y percibí un olor a quemado en los siguientes minutos, después de echarme un sueñito, justo antes de escuchar que ya venía el hijo. En ese momento me puse muy atenta para verlo venir. No lo vi, pero un poco después lo escuche llorar, vi pasar una masita llena de menjurge blanco y supe que era mi Alien convertido en Alexiel, nombre que resulta extraño para casi todo el mundo excepto para mi y para Luis, quien grabó una parte del procedimiento de desalienización del pequeño mimo llorón que salió de la panza.
Unos segundos los tuve cerca de mi, después lo pusieron en los brazos de Luis y al cabo de un rato, pequeñito, se alejó de mi para ser analizado a profundidad y checar que en su llegada a la Tierra no hubiese brotado algún problema en su cuerpesillo.
Ya no supe más de mi... dormí un rato en lo que cerraban la herida y después me divertí cambiando de una camilla a otra hasta llegar a la habitación y escuchar que el bebé estaba hermoso y que, no es por presumir, se parecía mucho a mi.
viernes, junio 22, 2007
HOY... ¡ES HOY!
Hoy amanecí como en shock... pero un shock leve, tampoco estoy al borde la histeria, la desesperación o el nervio infinito... vamos, que sí me siento nerviosilla y emocionada, supongo que nada más allá de lo normal, pero a fin de cuentas en una especie de trance... como en la lelis.
Tengo el estómago revuelto, no sé si será por lo que cené anoche, por la emoción o porque me estoy desvielando de hambre ahora mismo... aunque más bien tengo sed, extraño mi trago de agua al despertar, pues resulta que ahora no puedo ni siquiera dar un sorbo, quesque para que no pasen cosas mientras me extirpan al Alien.
Pues así las cosas...
Ni ganas tengo de escribir en este momento, espero tenerlas después cuando ya esté juera de mi ser Alexiel.